Raul Fernández, pedaneo CampoamorRaúl Fernández, coordinador de pedaneos

Calificó de «charlotada» que «avergüenza» a la charanga de 50 vecinos que criticaba con sátira y humor la gestión municipal en Orihuela Costa.

A pesar de haber ganado la charanga vecinal el premio a la creatividad, el alcalde pedáneo del ayuntamiento, que no aportó ni un solo euro a las fiestas de carnaval de la costa, se despacho en redes sociales contra «Los bombones de la Costa» por sus letras satíricas y los disfraces reivindicativos.

Tras saltar a la noticia a los medios de comunicación regionales, los vecinos han sido contundentes en sus comentarios sobre la actitud del asesor de la alcaldía. Con comentarios como «algunos se piensan que son los dueños de la costa y van a heredar el ayuntamiento», «que va a decir el palmero numero 1 del PP en la costa…» , «solo trabaja para la costa cuando gobiernan los suyos», » a este solo le gusta cobrar», «eres del PP, tu trabajas para tu jefe Vegara» o peticiones de dimisión por su nefasta gestión de los intereses vecinales, los vecinos han sentenciado la actuación y las palabras de Raúl Fernández.

NO TODO VALE , según Unidos x la Costa, que asegura sufrir una creciente persecución por su disidencia.

«Como ya venimos comentando desde hace meses nuestra asociación viene sufriendo una creciente persecución, consecuencia de nuestro seguimiento de la labor del equipo municipal, el análisis continuo de los datos y la denuncia pública de los problemas y los incumplimientos.

Y lo seguiremos haciendo. En los plenos municipales, en las juntas de distrito, en las redes sociales, en los medios de comunicación, en los bares, en la calle. Es la labor de una asociación de vecinos, es nuestro deber, es nuestro derecho, es bueno para todos y sólo tiene un objetivo: que se solucionen los problemas, los servicios públicos mejoren, las inversiones se realicen y la costa de Orihuela sea un lugar mejor para vivir.

Hay políticos más tolerantes con la crítica, más receptivos hacia el control ciudadano, más convencidos de la bondad de la transparencia y con más vocación hacia el compromiso ético, y hay otros con la piel más fina, menos tolerantes, con menos talante y normalmente menos talento que directamente señalan al crítico.

Y no todo vale.

Desde el poder municipal se trata de silenciar la voz de unos vecinos de distintas nacionalidades, procedencias, clases sociales y edades que denuncian la realidad en la que viven, y que además lo hace con datos. Por desgracia en la costa de Orihuela no hace falta inventarse nada.

El último suceso se ha producido como consecuencia de la participación de un grupo de vecinos en una comparsa en el desfile de carnaval del sábado 15 de febrero. 50 vecinos desfilaron con el nombre de “Los bombones de la costa”, ataviados con disfraces elaborados por ellos mismos que trataban de dar a conocer o recordar, con humor, la situación de la costa a todo aquel que asistiese al desfile. Algo lúdico, festivo, divertido y crítico, como corresponde al carnaval. Digno de premio.

Parece ser que esta iniciativa no ha gustado mucho al equipo municipal, y el enfado ha sido expresado a través del alcalde pedáneo de Campoamor, presunto coordinador de los diez alcaldes pedáneos de la costa y asesor municipal. Ha tachado esta participación vecinal como lamentable, como charlotada, vergonzosa, nada representativa.

Un alcalde pedáneo es un representante del Alcalde de Orihuela, designado por él directamente. No es elegido como ocurre en otros municipios y como debería pasar aquí. Si además presuntamente coordinas al resto de alcaldes pedáneos, tienes una labor institucional reforzada. Y si cobras del erario público como asesor municipal, tu labor está circunscrita a la legislación y los códigos éticos que regulan las funciones del personal eventual.

Utilizar un grupo de Facebook público de representantes públicos para realizar este tipo de críticas no es ni edificante ni recomendable, pero sí refleja lo que ocurre en Orihuela. ¿Qué es público, qué es privado, que es partidista, qué es particular?

¿Qué piensan el resto del alcaldes pedáneos de esas críticas hacia los vecinos? ¿Y del papel del pedáneo que los presuntamente coordina? ¿Se sienten representados por él? ¿Creen que esas formas y maneras representan al alcalde? ¿Los vecinos debemos ser perseguidos? ¿Van a seguir siendo, nunca mejor dicho, comparsas?

¿Qué piensa el Concejal de la Costa de estos comportamientos? ¿Y del papel del asesor municipal de la costa que no asesora al Concejal de la Costa? ¿Y de los intentos continuos por parte del asesor municipal, alcalde pedáneo y coordinar de alcaldes pedáneos para que VOX no capitalice los logros que se alcancen en la costa, cuando se alcancen, y si para eso es necesario que no se haga nada, mejor?

Hay comportamientos que son inadmisibles en política, y más aún en la gestión de lo público, e intolerables en el ámbito municipal, el más próximo al ciudadano. Es el síntoma de una enfermedad.

Una enfermedad llamada prepotencia, arrogancia, ignorancia, impotencia, incapacidad. Una dolencia basada en la ausencia de valores democráticos y en la falta de valores cívicos. Un color de piel marcado por el miedo a que te descubran, a que te dejen en evidencia, a que se sepan los secretos, a que se caiga el castillo de naipes.

Hemos expresado muchas veces nuestra opinión. Lo hacemos una vez más: así no podemos seguir.

Las decisiones de la costa se toman en la costa».

 

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